El gran incremento de las bajas laborales.
En los últimos años, sobre todo desde la famosa pandemia, de la que todos parecemos habernos olvidado, las empresas sufren un altísimo incremento de las bajas laborales por contingencias comunes…
En los últimos años, trabajando con dueños de negocio y directivos de todo tipo de sectores económico, he observado que la mayoría comparte una serie de pensamientos y comportamientos que dificultan el buen desarrollo de sus empresas.
A continuación te cuento algunos de esas formas de actuar y pensar habituales que los dueños y directivos de negocio transmiten también a sus equipos, lo que provoca ineficiencia y dificulta conseguir los objetivos de la empresa:
1.-“Tengo que hacerlo todo yo”.
A veces los directivos se enfrascan en la ejecución de todo tipo de tareas, desde la propia actividad de la empresa, hasta marketing, comercial, administración…, y a veces hacen hasta de conserje.
Se olvidan de liderar su empresa: revisar la evolución del mercado y de la competencia, observar los cambios en las necesidades y preferencias de los clientes, fijar estrategias, revisar la evolución económico financiera de la empresa, pensar en nuevos productos y servicios…
2.-“No me alcanza el día”.
Al encargarse de todo tipo de tareas es evidente que el día no es suficiente para realizarlo todo. Por ello, los dueños de negocio van ejecutando aquello que están acostumbrados a hacer y que al final les resulta más cómodo, y van dejando pendiente lo que les exige más esfuerzo mental porque ya no les queda tiempo ni energía.
Realmente no hay una “falta de tiempo”, porque el tiempo es el mismo para todo, lo que varía es lo que hacen con ese tiempo, y esto es una cuestión de priorización. Para conseguir un tiempo de trabajo rentable y centrarnos en liderar la empresa es importante saber Delegar.
3.-“Siempre se ha hecho así”.
Los empresarios suelen pensar que si en la empresa se llevan haciendo las cosas de una manera determinada muchos años y siempre han funcionado, entonces, ¿por qué van a cambiar?
Es necesario hacer cambios porque lo que ayer funcionaba ya no funciona hoy, y más en un entorno tan cambiante como el actual.
Vivimos en un entorno económico con alta incertidumbre que obliga a estar siempre atentos para adaptarnos a las necesidades del mercado y no desaparecer por falta de flexibilidad.
4.-“Tengo un equipo que no está a la altura”.
El dueño de negocio suele pensar que su personal no hace lo necesario para que la empresa alcance sus objetivos, pero ¿está el empresario dando a su equipo la oportunidad de dar lo mejor de sí?, ¿se les da a los trabajadores la oportunidad de hacer aportaciones que se tengan en cuenta?
Las personas que están en cada puesto son las adecuadas para el mismo. Para tener un equipo que esté a la altura primero es necesario distribuir las tareas y responsabilidades en función a las capacidades, aptitudes y actitudes de cada trabajador, potenciando el valor de las personas y ofreciendo la posibilidad de dar lo mejor de cada uno.
5.-“No pensar en la continuidad de la empresa”.
En muchas ocasiones se crean empresas sin pensar en la continuidad de las mismas, sin pensar que pasaría si el dueño no está, o cae enfermo, o fallece.
Para que una empresa sea sostenible en el tiempo, más allá del fundador, es necesario tener una estrategia y unos procesos que permitan que la empresa siga generando beneficios y tesorería sin la presencia de su fundador.
Todo el peso de una empresa no puede recaer en una única persona, porque si esta persona no puede atender a sus funciones, la empresa desaparecerá. La clave está en generar sistemas que permiten que el negocio funcione sin depender del dueño.
La experiencia me dice que estas formas de pensar y actuar que son ineficientes y perjudican a empresarios y trabajadores, empiezan a cambiar cuando los dueños de negocio se atreven a mirar hacia dentro y darse cuenta de que hay cosas que se pueden modificar.
Cuando llegan a la conclusión de que es necesario cambiar formas de pensar, hábitos, procedimientos… los empresarios empiezan a ver que es posible sacar más partido a su tiempo, dirigir una empresa eficiente, tener unos empleados comprometidos, disfrutar más de la vida personal y familiar…
Una vez que hay toma de conciencia, crecer y mejorar es inevitable…
